Presión de los políticos de Málaga para forzar la dimisión de los consejeros de Unicaja fieles a Medel
La próxima salida de Braulio Medel de la presidencia de la Fundación Unicaja no ha apaciguado a los políticos que quieren interferir en la gestión de Unicaja Banco. Al contrario, ha dado paso a una fuerte presión sobre los cuatro consejeros del Unicaja Banco afines a Medel para que dimitan y decanten la guerra de poder que vive la entidad a favor del presidente, Manuel Azuaga.
Estas presiones están encabezadas ahora por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Otra de los cabecillas de esta campaña de acoso es Noelia Losada, portavoz de Ciudadanos en la ciudad. Estos políticos locales creen que ganarán votos con las próximas elecciones andaluzas al dar a entender que el reparto de poder acordado en la fusión con Liberbank implica la entrega de la entidad a los «asturianos» o su salida de Málaga.
De hecho, han llegado a decir que la entidad trasladará su sede a Madrid o que está despidiendo a los directivos procedentes de Unicaja para favorecer a los de Liberbank (cosa que desmienten los hechos, como ha informado OKDIARIO). El propio De la Torre ha llegado a pedir que los consejeros de la Fundación en Unicaja Banco se alineen con Azuaga porque «la Fundación no puede dar más poder al «bloque asturiano» (la antigua Liberbank) que a la antigua Unicaja en el banco».
Ante esta campaña, el propio consejo de Unicaja Banco emitió un comunicado para rechazar las injerencias políticas en un banco privado cotizado, en el que recordaba que estas injerencias acabaron con la quiebra de las antiguas cajas de ahorros, lo que provocó el rescate financiero de España. El único consejero que votó en contra de este comunicado -es decir, a favor de las injerencias políticas- fue el propio Azuaga, para sorpresa del resto de consejeros.
La guerra de poder en Unicaja
Azuaga también ha respaldado otra campaña de acoso y derribo contra Medel por parte de algunos directivos procedentes de la antigua Unicaja, ya que se siente perjudicado por el citado reparto de poder pactado en el acuerdo de fusión de diciembre de 2020.
Este reparto establecía que Azuaga debe dimitir como presidente ejecutivo antes de julio de 2023, pero éste exigía poder nombrar un consejero delegado -que tendrá todo el poder- de su cuerda, a lo que se negó el actual CEO, Manuel Menéndez, procedente de Liberbank. Así que se llegó a una solución salomónica por la que Menéndez pondrá su cargo a disposición del consejo y éste decidirá su continuidad o su relevo.
La importancia de los consejeros de la Fundación
En esa votación, será crucial la postura de la Fundación Unicaja, que tiene el 30% del capital y cuatro asientos de los 15 del consejo. Medel se ha mostrado favorable a la continuidad de Menéndez, lo que Azuaga y los políticos citados entienden como una «traición» que entrega el poder al banco pequeño frente al grande. De ahí que hayan intentado derribar a Medel y, una vez que éste ha adelantado su salida de la Fundación (prevista para noviembre), que ahora vayan a por los cuatro consejeros que ésta tiene en el banco.
Su intención, claro está, es presionarlos para obligarlos a dimitir, ya que no pueden revocar su mandato por la Ley de Sociedades de Capital, salvo que cometieran un delito. La idea de los responsables de esta campaña es sustituirlos por otros consejeros afines a Azuaga que voten en contra de Menéndez. La cuestión ahora es si estos consejeros cederán a esas presiones o si cumplirán las obligaciones del cargo, que consisten en actuar siempre en bien de la entidad y no de ninguno de sus accionistas o directivos.